¿Cuándo fue la última vez que te tocaste sin prisa, sin culpa y sin estar pensando en otra persona?
No es tan común como debería.
Porque nos enseñaron a ver la autoexploración como algo sucio, secreto o “vergonzoso”… cuando en realidad es una forma de conocerte, cuidar tu salud y vivir tu placer de forma libre y segura.
En Sensora queremos ayudarte a quitarle el tabú al acto más íntimo, honesto y humano que hay: tocarte.
¿Qué es la autoexploración?
Es el acto de explorar tu propio cuerpo, descubrir qué te gusta, cómo te gusta y cuándo.
Puede ser con tus manos, con un juguete, frente a un espejo o simplemente observándote, sin necesidad de llegar a un orgasmo.
Es escuchar tu cuerpo y entender que mereces placer, aunque no haya nadie más involucrado.
¿Por qué nos cuesta tanto hacerlo?
Porque crecimos con muchas ideas erróneas:
- “Está mal que una mujer se toque.”
- “Es algo que solo hacen las personas solteras.”
- “Si tengo pareja, no debería necesitarlo.”
- “Es una pérdida de tiempo.”
- “Es feo, cochino o inmoral.”
Todas esas frases (y muchas más) solo han hecho que desconfiemos de nuestros cuerpos y nuestros deseos.
Pero no nacimos con culpa. La culpa se aprende, y también se puede desaprender.
¿Cómo empezar a tocarte sin culpa?
- Con curiosidad, no con presión
No necesitas “saber hacerlo”. No es un examen. Solo escúchate. Respira. Observa.
- Frente a un espejo (si te sientes cómoda/o/e)
Ver tu cuerpo, tus genitales, tus expresiones, te reconcilia con lo que tienes y eres. Puedes descubrir formas, pliegues y respuestas que nunca habías notado.
- Empieza por el resto del cuerpo
El placer no empieza en los genitales. Puedes tocar tus muslos, tu espalda, tu cuello. La autoexploración completa es más sensorial que sexual.
- Crea un ambiente seguro
No necesitas velas (aunque ayudan). Pero sí silencio, privacidad, o una playlist que te relaje. Hazlo un ritual, no una tarea.
- Si lo deseas, incluye juguetes
Un vibrador suave, una pluma o incluso una crema con aroma. Explora desde lo que te da confianza, no desde lo que “deberías hacer”.
- Y si sientes culpa… reconócela, pero no le creas
No te juzgues por sentir vergüenza. Obsérvala. Respira. Poco a poco, irá perdiendo fuerza.
Tocar tu cuerpo no es egoísta, ni raro, ni malo.
Es valiente.
Es liberador.
Y es profundamente sanador.
El placer no está allá afuera esperando a que alguien más te lo dé.
Está en ti.
Y en Sensora, te acompañamos a descubrirlo, a tu ritmo y sin juicios.
¿Nunca te has explorado o no sabes por dónde empezar?
Descubre nuestra guía para principiantes y conoce los juguetes más amigables para una primera experiencia → Click aquí.